Tuvimos hace pocos años las primaveras árabes o de colores. Impulsadas por siniestros personajes desde ciertos departamentos de estado, servicios de inteligencia, fundaciones, corporaciones y cierta orden militar/religiosa. Ahora en este otoño toca la 'revolución' de los catalanes, que no es tal, sino en realidad un ingenuo pero noble, pacífico y masivo movimiento popular manipulado por eso que algunos llaman la oligarquía/mafia jázara o khátara, quienes a su vez son representantes de un estamento bancario/usurero muy potente. Parece que sí, que detrás de los politicos gobernantes existe una banca dedicada las 24h del día a robar sigilosamente todo el patrimonio posible al pueblo llano. Incluso bastantes de los líderes de la supuesta izquierda radical -la CUP y ERC- son también hijos o familiares directos de esa misma oligarquía o alta burguesía o burguesía industrial. ¿Te suena lo del 'clan de la familia Pujol' en Cataluña, calificado judicialmente como organización criminal? ¿Te suena también, hace unas décadas, el escándalo de Banca Catalana ligado a los Pujol?
Primaveras árabes, movimiento cívico catalán por la autodeterminación... ¿Qué tienen que ver?
Bueno, no sólo es la actualidad, sino que así lo ligo yo. Porque hay una cierta ligazón. Pese a que no haya un Lawrence en Cataluña, todo apunta a que hay una 'mano negra' detrás. La hubo en las 'primaveras de colores' -incluyendo los sucesos de Ucrania- y la hay en el movimiento por la independencia en Cataluña. Y todos estos fenómenos sociales coinciden en un punto esencial: una masa muy importante de ciudadanos motivados, indignados y movilizados, que ignoran completamente que están siendo manipulados, no sólo por el representante títere del gobierno de turno, sino por alguien de 'más arriba' que ha diseñado la jugada con antelación. En ambos casos el objetivo principal oculto es desestabilizar la región, a ser posible el continente mediante el contagio del virus nacionalista, y en ambos casos también el objetivo secundario -más reconocido por los políticos locales- es tapar y lavar la corrupción institucionalizada.
Indicios no faltan. Si no, pregúntenles a muchos ciudadanos ucranianos concentrados en la plaza Maydan que detectaron la presencia de jóvenes ideólogos estadounidenses y nor-europeos bastante activos en medio de la organización de las primeras protestas.